Sterben (2024) 🇩🇪


Argumento: Los miembros de la familia Lunies hace tiempo que no son una familia. Liss se alegra en silencio de que su demente marido Gerd se consuma lentamente en una residencia. Pero su nueva libertad dura poco: la diabetes, el cáncer y la insuficiencia renal hacen que a ella tampoco le quede mucho tiempo. Su hijo Tom, director de orquesta de unos 40 años, trabaja en una composición titulada 'Dying' (Morir), al tiempo que se convierte en padre de alquiler del bebé de su exnovia. Por su parte, Ellen, la hermana de Tom, inicia un romance con el casado Sebastian, con quien comparte la afición por el alcohol. (FILMAFFINITY)

ComentarioEn Sterben, la música actúa como un hilo invisible que sostiene el relato. Es la respiración del drama, una extensión de lo que los personajes sienten sin necesidad de explicarlo. La enfermedad avanza sin promesas, marcando un ritmo que el montaje sigue con precisión. La familia, fragmentada y contradictoria, se convierte en el verdadero escenario: ahí se concentran las tensiones más profundas, los gestos de afecto y también las heridas que no cicatrizan.

Cada personaje parece filmado desde una frecuencia distinta. El padre, con su deterioro inevitable, impone un ritmo lento, casi suspendido; la madre se mueve entre la negación y la ternura; los hijos, atrapados entre el deber y la culpa, representan la resistencia y el desborde. En esa diferencia de tonos se revela la esencia de la película: una sinfonía disonante donde cada voz, por contradictoria que sea, aporta verdad.

Las historias se entrelazan con una naturalidad que conmueve. A pesar de su extensión, hay un equilibrio que sostiene todo, un ritmo que nunca se quiebra. Lo admirable es cómo cada escena encuentra su espacio dentro de una armonía precisa, donde el peso del tiempo se siente pero no abruma. En ese fluir, la emoción permanece constante, como un pulso sereno que atraviesa la experiencia y deja una huella silenciosa pero imborrable.