Ema (2019)


Argumento: Ema, una joven bailarina, decide separarse de Gastón luego de entregar a Polo en adopción, el hijo que ambos habían adoptado y que fueron incapaces de criar. Desesperada por las calles del puerto de Valparaíso, Ema busca nuevos amores para aplacar la culpa. Sin embargo, ese no es su único objetivo, también tiene un plan secreto para recuperarlo todo. (FILMAFFINITY)

Comentario: Ema es una película que se resguarda con ingenio en los atributos de la danza y el fuego, que por muchos siglos han acompañado a las civilizaciones en su exploración, transformación y reconocimiento, para sostener un relato de modernidad. 

El cuerpo aquí es el manifestación expresiva, es la comunicación, el autoconocimiento y la catarsis. De la mano, la libertad. Libertad propia de los hijos de la Chile post-dictadura. El fuego es el catalizador de la culpa, el resurgimiento, la vehemencia y el furor. Ema, al igual que el fuego, deja marcas imborrables a su paso. Ella es centro de luz y energía, y a su alrededor girarán todos los sucesos y personajes, todos tocados por su fuerza. 

Descifrar la complejidad de Ema como protagonista es tarea desgastante. En ella hay una afán de amor que se confunde entre la fogosidad y la juventud. Ese amor manifiesto viene asociado a un deseo de recuperar lo perdido. Es excentricidad y rareza. Curiosamente encanta a todos, aunque siempre con incertidrumbre. Los excesos parecen desbordar la razón, pero con finura se suman a un caprichoso destino ideado por ella. 

Pablo Larraín regresa con fuerza para demostrar su talento con solidez narrativa, valor estético, encanto visual y sonoro, y un acertado engranaje de guion. Y sobre todo por contarnos una historia de empoderamiento femenino, de mujeres y madres, en manos de un hombre. Sin duda un proyecto  asumen riesgos. Véanla, el ritmo de cada quien. 


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