Argumento: A mediados del siglo XVIII, el rey danés Frederik V declaró que los brezales salvajes de Jutlandia debían ser cultivados y colonizados para que la civilización pudiera extenderse y se generaran nuevos impuestos para la casa real. Pero nadie se atrevió a seguir el decreto del rey. El páramo era un lugar inhóspito, lleno de bandidos y con una naturaleza brutal e implacable. Pero en 1755, el capitán Ludvig Kahlen se dispone a crear una colonia en nombre del rey. Sin embargo, el único gobernante de la zona, el despiadado Frederik de Schinkel, cree que esa tierra le pertenece.
Comentario: El capitán retirado no viene en busca de gloria, sino de tierra virgen y de un nombre que no le dieron al nacer. Cada surco que ara significa una pregunta sobre el sentido del esfuerzo, la dignidad y la estrategia de imponerse allí donde nadie quiere estar. La belleza dura del paisaje, cantada en cada plano, lo sirve todo: la esperanza, el precio y el quebranto.
No se trata de una familia forjada por afecto instantáneo, sino de una alianza contra la derrota. El antagonista no necesita frases grandilocuentes: basta con su mirada para que la lucha se ensombrezca. Lo que resiste no es la embestida del odio, sino la persistencia de algo sencillo pero indestructible: labrar dignidad con las manos.
El páramo sigue ahí, duro, pero algo ha cambiado. No es la tierra la que se ha convertido, sino quienes la habitan. Es una resistencia que no se grita, se mantiene —como el viejo capitán en ese horizonte interminable que ahora carga un precio por el que valió la pena luchar.